domingo, 26 de marzo de 2017
AVRIL LAVIGNE - GENERALIDADES
Guiada por el espíritu irreverente del PUNK, AVRIL LAVIGNE convertirá su música en un sofisticado dispositivo de lectura para sentar una posición frente al avance del POP, no porque el POP realmente le moleste, sino porque su estribación hacia la híper sexualización de la mujer, así como los clisés que recortan su anatomía como si fuera una mercancía, o como si ésta segmentación se pudiera pensar elidida del todo, le incordian o, cuanto menos, la repulsan.
En el vaciamiento de la figura de la artista que hace la industria del POP, así como en su consecuente domesticación (o sometimiento) por un discurso abiertamente publicitario que explotará hasta los enseres más insignificantes del cuerpo objetualizado, LAVIGNE realizará una crítica ácida a partir de los mecanismos de la PARODIA, pues reconocerá en ella un principio de descomposición que le permitirá lanzar sus más animosas rabietas contra el POP, al mismo tiempo que desnuda sus miserias insospechadamente travestidas con la afable apariencia de la inocencia de una sonrisa o un guiño cómplice para el público.
No nos deberá extrañar, en este sentido, que el blanco indirecto del ataque de la PARODIA de LAVIGNE se enfoque en dos figuras: BRITNEY SPEARS (en particular) y CRISTINA AGUILERA (en menor medida). Sin embargo, digo indirecto, porque LAVIGNE parodiará al modelo, no a su circunstancia [1], por lo cual el ataque se definirá como una tipificación:
-RUBIA
-CAPRICHOSA
-INTERESADA
-MANIPULADORA
Una tipificación que resultará contradictoria cuando algunos de los elementos que definen al modelo se reconozcan en su propia detracción:
-RUBIA
-CAPRICHOSA
En efecto, cuando sea la propia LAVIGNE quien decida igualmente ser copartícipe del mismo fenómeno que denunciaba. Lo cual constata que su declaración sobre el estilo, a saber que hace POP PUNK y no PUNK POP o ROCK, es más que una clarificación acerca de su pertenencia, debido a que esta decidida inclinación melódica se traducirá en la consecuente comercialización de su propuesta, cuya consigna apática o rebelde será minada, a partir de ese momento, por las reglas que impone el mercado y hacia las que se mostraba cierta reticencia o rechazo.
Un cambio material lo anunciará y lo corroborará primero: la aparición de su tercer disco de estudio, THE BEST DAMN THING [2]. En este disco, LAVIGNE pasará de las estribaciones de las ejecuciones rápidas en las guitarras o los empalmes de distorsión contenida, a los arreglos cada vez más edulcorados y más pulimentados o suaves del POP, mientras, simultáneamente, pasará a envestirse de una imagen que, en consonancia y en congruencia reflejará ese repaso, cambio o conversión de los atavismos de la elección original (la chica PUNK o SKATER).
La transformación, para el público, será notoria de entrada, porque de la chica provocadora que desafiaba a los PAPARAZZI, nos enfrentaremos a una a la cual éstos aclaman. En este sentido, de la burla estilo JACKASS [3] o la PARODIA provocadora (aunque adelgazada) de BLINK 182, LAVIGNE pasará a un escamoteo en donde no tardará en convertirse en blanco del ataque el propio ROCK, una consecuencia lógica de su elección inclinada hacia el POP y de la genealogía que remedó desde un principio al defender sus influencias o enumerarlas.
Sin embargo, sería injusto atar a todos los nombres que se vislumbran en la genealogía de LAVIGNE a un mismo linaje de contradicciones, donde las necesidades del mercado se insinúan por encima de las del artista que intenta hacer música. Pero, cabe que destacar que, entre estos nombres, destacarán los de bandas demasiado prolijas, demasiado reconocidas y demasiado comerciales. Tal es el caso de la citada BLINK 182 o, incluso, la de su primer marido [4]: SUM 41; pues se trata de bandas donde se estilaba o mostraba una cierta tendencia a ironizar los aciertos que el POP catapultaba desde la moda, mientras se disfrutaba de buena prensa en los mismos medios que el POP intentaba monopolizar a partir de la instauración de la moda.
De este modo, tal vez se entienda por qué LAVIGNE se desliza hacia la contradicción en el momento en que deja poner su acento en la composición y pasa a convertirse en un producto de la moda, donde cada vez se hará más evidente cómo la comercialización de su producto, incluso mostrando en pantalla las prestigiosas patentes de marcas reconocidas como SONY [5], echará por tierra su afición artística. Lo cual nos posiciona frente a otra aspiración o movimiento estratégico del POP para ganar presencia en el mercado: la del reinado o principado. Porque, así como hubo reyes o reinas, príncipes o princesas para el POP, el ROCK (o más bien el PUNK) reclamará para sí su reinado o principado.
En otras palabras, LAVIGNE se terminará convirtiendo, al menos para el mercado, en la princesita del PUNK, del mismo modo en que BRITNEY SPEARS se convirtió, bajo la tutela de MADONNA, en la princesita del POP.
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[1] Si bien en la puesta en escena de la PARODIA hay una identificación o reconocimiento del momento de fama desde el cual se critica a las dos artistas mencionadas, esta crítica no se particulariza más allá de la abstracción del modelo que representan ambas, porque lo que se criticará es un discurso (y, en consecuencia, una manera de hacer las cosas), no a la encarnación de éste. O sea, no al accidente (el artista), que puede ser cualquier persona, puesto que cualquier persona, debido a que no hay nada especial fuera de la categoría que propone el modelo, nada especial para llenarlo o sobrecogerlo para romper con sus constreñimientos.
[2] LAVIGNE se ha expedido al respecto aludiendo al hecho de que pretendía hacer un álbum divertido, fuera de la solemnidad de los álbumes anteriores, así como de su carga melancólica. Sin embargo, en ningunas de sus declaraciones se ha hecho eco de la liviandad o superficialidad que envolverá su composición, cuando era ésta su principal carta para criticar el mensaje vacío del POP que hacían BRITNEY SPEARS o CRISTINA AGUILERA.
[3] LAVIGNE confesó su admiración por el concepto de humor que creo JOHNNY KNOXVILLE, así como por su seudo filosofía estoica que promueve la vagancia. Tal vez por esto, no sea impertinente pensar la primera etapa de esta artista como un coqueteo por escenificar su vida en una pantalla (del mismo modo en que lo hacían KNOXVILLE y sus amigos en la plataforma que le ofrecía JACKASS), en lugar de afrontarla desde la madurez de una intervención crítica. Sin embargo, en el caso de LAVIGNE, lo primero no anula lo segundo.
[4] DERYCK WHIBLEY.
[5] Adviértase, en este sentido, que esta iniciativa que comienza en THE BEST DAMN THING, se continúa en GOODBYE LULLABY con cortes de difusión como WHAT THE HELL (donde aparecen móviles de SONY) y se reafirma en su disco a través de la intransigencia de una parodia como ROCK N ROLL (donde se vuelve a promocionar a SONY).
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