jueves, 24 de agosto de 2017

CUADERNO DE VIAJES DE CIRUELO - CONCLUSIÓN


En el desliz de la imaginación, la escritura de CIRUELO se formaliza y se revela a sí misma como un procedimiento [1], y como una intervención en un contexto intelectual de irresolución e indeterminación, donde cabe preguntarse: ¿qué o cómo escribir después de los aportes de las vanguardias y el apogeo de los grandes maestros? Y sin buscarlo, casi sin proponérselo, esta escritura, simultáneamente

martes, 22 de agosto de 2017

CUADERNO DE VIAJES DE CIRUELO - ANÁLISIS III: ENTRE EL SUEÑO Y LA MAGIA


Si el borrador convoca el fragmento y éste, a su vez, se postula como una continuidad de la forma que todavía no se definió, debemos preguntarnos, a continuación, si esta zona de indeterminación no promueve otras irregularidades en la escritura. No porque éstas afecten la claridad o la calidad de la misma, ni porque este atropello pueda considerase como un defecto irreductible del estilo, sino porque su imperfección estaría delatando la presencia de otro entramado de relaciones; un entramado más profundo y mucho más complejo para describir los caprichos del estilo.  
    Este entramado, en principio o en términos hipotéticos, demostraría que la idea del borrador no se lee solamente desde nivel de significación del bosquejo [1], ni que el fragmento que apostrofa el verso termina con la disolución inevitable de la sintaxis [2]; ya que estaría poniendo en evidencia que la interrupción del procedimiento poético o la descomposición de la forma en el dibujo, anuncian algo más, algo que se entrevé, pero todavía no se define, algo que se intuye, pero todavía no se transfiere a una experiencia palpable o perenne.
    Ese algo, es todo y a la vez es nada, porque inicia algo y, también, lo cancela. Es un principio y un final, o si se quiere expresar en términos más metafóricos: es el alba y el crepúsculo; y como tal, constituye un binomio y una oposición, aunque se lea al revés de la proposición o como el envés de su nacimiento:

    A menudo quiero despertar en esa tierra de fósiles
    que se ve más allá. Esa que rezuma espejismos y por la
    que reptan toda clase de animales invisibles.
    Sé que amanecer allí es peligroso pues hay riesgo
    de fundirse en el aura de los vientos para rehacerse
    luego en algo diferente.
    Pero quiero estar allá aunque sea en un cuerpo
    indefinido, para ver almas evaporarse de las piedras [3].

    La propuesta de CIRUELO, en consecuencia, comienza como una detracción o una contestación, ya que:

    -DESTRUYE
    -SEPARA
    -DESCOMPONE

    Pero continúa como el ensamble de una pieza mecánica, ya que:

    -CONSTRUYE
    -UNE
    -COMPONE

    Y, esta dialéctica, o amalgama de principios irreconciliables, se retoma todo el tiempo. De hecho, constituye la clave del pensamiento de CIRUELO:

    Los poetas y los dibujantes hablan de la necesidad
    de unir las dos fuerzas antagónicas del universo.
    “No creemos un conflicto entre la luz y la sombra”,
    aconsejan.
    Luego escriben y dibujan fusionando lo real y
    lo fantástico, lo femenino y lo masculino,
    lo bello y lo feo… en un intento por establecer
    cierto tipo de paz [4].

    Pero, también, anuncia una problemática que se retomará más adelante: el sustrato del mundo de los sueños y la curiosa alquimia que evoca la magia para la composición del artista [5]. No obstante, y a pesar de los rodeos de CIRUELO, la primera se entrevé como la materia que hilvana la inspiración para dar forma a una idea; la segunda, en cambio, como la contraparte del mundo ordinario o su superación para conectarse con la asociación o cualquier principio de creación artística.
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[1] Que es el nivel que inaugura el dibujo con sus contorneos o garabatos, prefigurando al modelo o a la figura que se insinúa como un suspiro.
[2] Es pertinente destacar que CIRUELO escribe acerca de un velo que se descorre, pero que se resiste a interpretarse en su totalidad, como si, por un lado, estuviera dispuesto a entregarnos una revelación y, por el otro, a negarla de inmediato.
[3] Cabral, Ciruelo. CUADERNO DE VIAJES DE CIRUELO. Buenos Aires: DAC EDITIONS, 2004, p. 11
[4] Cabral, Ciruelo. CUADERNO DE VIAJES DE CIRUELO. Buenos Aires: DAC EDITIONS, 2004, p. 78
[5] Los cuadernos que, más tarde, escribe y dibuja CIRUELO intentarán ahondar en esta interrogante. Me refiero, por supuesto, a su CUADERNO DE SUEÑOS y su CUADERNO DE MAGIAS.

lunes, 14 de agosto de 2017

CUADERNO DE VIAJES DE CIRUELO - ANÁLISIS II: EL LEGADO DE LA TIERRA



CIRUELO, durante su viaje introspectivo o hipotético [1], arma un mapa de referencias. Éstas, no obstante, no tienen relación con una ubicación en el espacio, ni en el tiempo, ya que trascienden ambas categorías [2]. Su mapa se arma a partir de los restos, resabios o ecos de una cultura: la de los pueblos originarios y su cosmovisión del mundo. En consecuencia, ese mapa es una reivindicación del legado de estos pueblos y de sus enseñanzas.
    Desde la mirada de los INCAS, AZTECAS o MAPUCHES, entre otros, CIRUELO configura un imaginario diferente para el lector, donde la piedra habla:

    Cóndor suspendido en la cuarta
    dimensión de la montaña,
    dime con qué debo tallar tu forma.
    Pues alguien debe hacerlo hoy 
    con impecable actitud,
    y darte vuelo [3].

    La naturaleza se endilga como principio de la creación [4]:

    En el desierto, Jost percibió un destello y atraído
    por la luz llegó hasta un árbol.
    Vio un nido entre las ramas que brillaba en la noche.
    Dentro había un huevo solitario como un sol.
    Jost entendió que era el centro del universo.
    Toda brisa cesó. Y una voz pequeña cantó, entonces [5].

    Y el mundo se lee como una serie de secretas correspondencias [6]:

    Recuerdo con asombro el día que una joven
    india mexicana vio un águila magnífica sobre mi
    hombro derecho sin que ninguno de los dos supiéramos
    si eso tenía algún significado.
    Poco tiempo después dibujé un águila de estilo azteca,
    casi sin pensar, mientras desayunaba. Ese dibujo se
    convirtió en tatuaje permanente de mi hombro derecho.
    Y me gusta creer que estoy protegido por esa imagen [7].

    Esta manera de proceder va asentando los contornos de un terreno y de una propiedad para ese mapa: el de la de la imaginación y la posibilidad que ésta abre al reescribir las coordenadas del mundo. Pero, del mundo que nos reenvía a la colonia, a la conquista del español, a la fundación de la nación y a la masacre que se cometió sobre los habitantes originarios de nuestra tierra.
    En el mapa de CIRUELO, por lo tanto, el paisaje usual que se asocia a lo natural se explora de otra manera, para recuperar algo del legado que se perdió.
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[1] No de otra manera debe entenderse la condición de apunte o borrador de su cuaderno, donde las ideas se acumulan y aglomeran, pero no encuentran todavía una forma. Es decir, se conciben de manera errática como el principio de algo que todavía no termina de cuajar en un concepto para comunicarse o transmitirse y, por este motivo, se recopilan a través fragmentos inconclusos.
[2] En contraposición, se podría argumentar que la referencia se arraiga en la necesidad de contar otra historia; no la de los vencedores, sino la de los vencidos, que es la historia que se diluyó en la memoria o solapó con el improperio de salvaje. Pero, acaso, ¿CIRUELO no nos demuestra que los pueblos originarios tenían su magia y su ciencia?
[3] Cabral, Ciruelo. CUADERNO DE VIAJES DE CIRUELO. Buenos Aires: DAC EDITIONS, 2004, p. 36
[4] La idea que trabaja CIRUELO es que la naturaleza es nuestra madre y, como tal, nuestro principio. Por supuesto, esta idea se hace eco de la estructura mítica de los pueblos originarios, para quienes la tierra, la raíz y el fruto se corresponden como regalos.
[5] Cabral, Ciruelo. CUADERNO DE VIAJES DE CIRUELO. Buenos Aires: DAC EDITIONS, 2004, p. 15
[6] En tanto poeta, CIRUELO mira el mundo como una incógnita y a partir de esa interrogante lo redescubre bajo otra forma, asociando elementos antagónicos. Lo curioso en esta manera de proceder es que no sigue ningún esquema de ninguna escuela, lo cual se condice o coincide con su propensión de contar la historia desde otro lugar.
[7] Cabral, Ciruelo. CUADERNO DE VIAJES DE CIRUELO. Buenos Aires: DAC EDITIONS, 2004, p. 83

jueves, 10 de agosto de 2017

CUADERNO DE VIAJES DE CIRUELO - ANÁLISIS I: POETA / DIBUJANTE


La proposición del viaje, en CIRUELO, se realiza en más de un sentido y en más de una dirección. Por un lado, se apoya en la necesidad de registrar lo fugaz y de dar cuenta, a través de ese mismo registro, de cómo se produce el rapto repentino de creación espontánea que se adjudica al concepto de

martes, 8 de agosto de 2017

CUADERNO DE VIAJES DE CIRUELO - RESEÑA


CIRUELO arma una constelación, una serie de correspondencias y un entramado entre los eventos del pasado y del futuro, entre el CIRUELO que bosquejó o pintó por primera vez y el CIRUELO al que aún le resta dar un retoque a su figura; y lo hace, para darle una forma al itinerario de su viaje, un viaje donde la magia se entremezcla con el sueño y el sueño alumbra una tesis sobre su arte:

    -CREAR SE PARECE A ESTAR DORMIDO

    En esta afirmación, no obstante, CIRUELO no nos ofrece ninguna novedad, ninguna excepción a la norma que reguló la producción vanguardista de los años 20’ o 30’ del siglo XX. Y, tampoco, es necesario exigírsela, pero cabe aclarar que el automatismo psíquico y el fluir de la conciencia ya forman parte de los frutos que recogió el SURREALISMO y, como mucho, algunos de sus herederos o detractores.
    Sin embargo, también es cierto que, entre los apuntes que forman parte de su cuaderno, CIRUELO no nos ofrece ningún método. Sus páginas no hablan de una fórmula, tampoco de una receta, sino del complejo proceso que lleva a cabo el artista a través de su creación. Preguntas como:

    -¿QUÉ ES EL ARTE?
    -¿QUIÉN LO INSPIRA?
    -¿CÓMO SE CREA?

    Se responden a partir de las confusas impresiones que genera el mismo proceso de creación, impresiones que CIRUELO no intenta definir o procesar racionalmente, debido a que todas forman parte del mismo proceso creativo, homologable al boceto o el borrador y, por lo tanto, al fragmento que esclarece una parte del todo, pero es incapaz de mostrarnos su esencia más profunda.
En otras palabras, lo que queda de esta experiencia onírica como registro, como remanente o como la esquirla de una huella para los sentidos, CIRUELO lo convierte en un ejemplo o en una muestra cabal del fenómeno, pero nunca en su comentario o su glosario. Lo cual, redunda en el hecho de que CIRUELO educa a su lector, pero nunca lo dirige o lo clausura, dejando, de este modo, abierto el juego de la significación:

    -VER / NO VER
    -OÍR / NO OÍR
    -TOCAR / NO TOCAR

    Porque aquello que se percibe, aquello que se intuye a través del proceso creativo, no, necesariamente, se posee, ni, mucho menos, se reapropia; del mismo modo en que aquello que se escribe o dibuja, si es que hay alguna diferencia entre estas dos instancias creativas para CIRUELO, busca romper con las correspondencias de su inevitable referente o el duelo intercambiable entre:

    -SUJETO / OBJETO
    -OBJETO / SUJETO

    Se constata, entonces, que la materia de la que se alimenta CIRUELO para darle forma a sus bosquejos, que no son más que el proyecto inacabado de una promesa que nunca se cumplirá, pertenece al mundo de los sueños y al estado de trance que evoca CIRUELO en su proceso creativo; ya que CIRUELO no nos ofrece piezas completas, sino los retazos de algo que intenta imitar la forma, pero no logra hacerlo, de algo que se iguala con el concepto, pero reniega de él en el entendimiento.
    El nombre de su libro, de hecho, le da sentido a este proyecto inconcluso, puesto que el CUADERNO es el texto por excelencia donde el autor, a través de su confesión, se reconoce en su obra, donde el autor, a través de su declaración o posicionamiento se sumerge de lleno en el proceso de creación para emerger de él y otorgarle a su lector algo que no está terminado, pero puede leerse alrededor de la serie que abre su constelación: el VIAJE.
    EL VIAJE en CIRUELO, de hecho, se asemeja al apunte y al retazo del pintor que es consciente que el día declina y la belleza que va a capturar pronto va a morir, pero también a la misión del poeta que se autoimpone descubrir en lo fugaz y en lo efímero, aquello que nadie es capaz de entender, ni puede comunicar. Sin embargo, en su fuga o exilio del sentido como totalidad, CIRUELO intenta transmitirle a su lector algunas pistas de cómo comenzar su recorrido para descubrir esa belleza que se plasma a través del bosquejo y la letra que acompaña sus dibujos.