jueves, 10 de agosto de 2017
CUADERNO DE VIAJES DE CIRUELO - ANÁLISIS I: POETA / DIBUJANTE
La proposición del viaje, en CIRUELO, se realiza en más de un sentido y en más de una dirección. Por un lado, se apoya en la necesidad de registrar lo fugaz y de dar cuenta, a través de ese mismo registro, de cómo se produce el rapto repentino de creación espontánea que se adjudica al concepto de
inspiración:
-¿POR QUÉ SE CREA?
-¿CÓMO SE CREA?
-¿A PARTIR DE QUÉ SE CREA?
La inspiración, no obstante, para el poeta, fue siempre un concepto muy difícil de precisar con una definición. En principio, porque requería delimitar a su objeto o preguntarse qué la originaba, o cómo se traducía en un lenguaje específico; pero, también, porque suponía dar cuenta de un profundo fenómeno psicóligo y, como tal, de un proceso que no era ni objetivo, ni generalizable desde una perspectiva crítica.
Sin embargo, las dificultades de esta limitación conceptual no se advirtieron hasta que se comenzó a cuestionar la figura clásica del poeta y los lugares de intervención que éste había ocupado. Términos como:
-LA COMPARACIÓN
-LA ASOCIACIÓN
Que eran términos que se desprendían nauralmente del nudoso entramado de las metáforas, dieron lugar a muchos cuestionamientos y a nuevas figuras del poeta que buscaban reivindicar el poder de la creación:
-POETA / DIOS
-POETA / REVELACIÓN
De esta manera, y sin temor de incurrir en un improperio sacrílego, el poeta moderno quedó igualado con su creador y, su inspiración, con la revelación o epifanía asociaba con la visión única de su composición. Los poetas del siglo XIX, al menos, así lo entendieron:
-CREAR ES HALLAR CONEXIONES SECRETAS
Afirmaba, por ejemplo, CHARLES BAUDELAIRE mientras intentaba convencer a sus contemporáneos de que todavía había nuevas fascetas que descubrir en la belleza:
-LO BELLO TAMBIÉN ES LO FEO
La iniciativa de este nuevo registro, no obstante, recién se materializaría en los manifiestos y las producciones de las vanguardiasen del siglo XX, donde la idea del fragmento y lo inacabado se comenzaría a insinuar como una nueva poética.
Muchos años después de estas discusiones estéticas, CIRUELO retomará la idea vanguardista de la representación fragmentaria o inacabada, para crear una mixtura en su doble vocación: la de poeta y la de dibujante. El apunte y el bosquejo serán los polos que CIRUELO intentará conciliar al momento de traducir su inquietud artística: escribir y dibujar; y para logarlo todo el tiempo trabajará con la idea de que su producción forma parte de un borrador o idea inconclusa destinada a principiar algo que se intuye, pero todavía no se corrobora.
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