domingo, 16 de abril de 2017

AVRIL LAVIGNE - DISCOGRAFÍA II


UNDER MY SKIN debe entenderse, literalmente, como una exploración introspectiva. En este álbum, como en ningún otro, un retazo personal de AVRIL cobra vida mientras poco a poco nos vamos familiarizando con la progresiva transfiguración de su biografía. Figuras opacas, grises que se mueven entre la diatriba que plantea la atracción por la luz o la inmanencia irresoluble de la oscuridad, serán las que nos comunicarán las sensaciones de una derrota paradójica que intenta coser o remedar opuestos irreconciliables:

    -ALEGRÍA / TRISTEZA
    -FELICIDAD / INFELICIDAD

    Pero, nada de lo que conocemos de AVRIL, al menos de la AVRIL pública, de la AVRIL que provoca o de la AVRIL que homologa a JACKASS al bromear cuando tiene enfrente una cámara se volcará de manera abierta en las letras que recapitulan su corta carrera signada por el movimiento pendular que oscila entre el encanto y el desencanto. Mucho menos se comunicarán los entretelones de esta vida o sus controversias, sin la mediación de escamoteos o sin el incordio de un intrincado lenguaje simbólico que metamorfoseará, aún más, esa biografía entregada a cuentagotas en publicaciones de revista, entrevistas o notas amarillistas que fueron minando su intimidad a medida que los PAPARAZZI salían a la caza de la siguiente novedad en su vida.
    Sin embargo, y a pesar de sus recelos para reconocerse como una esencia que se desdobla a través de las metáforas, UNDER MY SKIN es un reflejo oscuro, el reflejo oscuro de una AVRIL que intenta mirarse en una superficie opalescente, esto es, en una superficie que refractará su imagen hasta distorsionarla o alejarla de una de sus dimensiones:

    -LA DICHA

    Motivo por el que, mirarse en ese espejo, de por sí, se transformará en un imposible. En principio, porque el espejo está empañado, como si sólo nos pudiera ofrecer una irreductible posibilidad:

    -EL BORRÓN

    Y como si esta posibilidad redundará en una acepción concomitante:

    -LA MANCHA

    Lo cual no quiere decir que AVRIL no mire bien, ni que AVRIL no se haga las preguntas adecuadas, pero sí que las hace privándose de la posibilidad de evaluar lo que ganó, en lugar de estacarse en lo que se perdió, de tomar ahínco a partir de lo positivo, en lugar de concentrarse en la detracción de las equivocaciones que se cometieron.
    La fama, consecuentemente, en UNDER MY SKIN, se decantará por una afición o una cruz de la que AVRIL no logrará sobreponerse, porque al mismo tiempo que ésta le dio todo, parece, también, habérselo arrebatado todo. Estar debajo de la piel, en este sentido, significará superar la lectura fácil que ofrece el brillo de la superficie, el de las luces, el de los fastuosos escenarios o el del público encandilado que la sigue, pues se apuntará a explorar qué ocurre tras las capas de significación que se diseminan alrededor de los cambios de estado de ánimo de una persona o el de las aparentes contradicciones que se generan al descubrir que con el reconocimiento no llega la felicidad.
    A través de los cortes de difusión [1] que aparecieron en las plataformas televisivas de grandes cadenas como MTV, AVRIL tejerá el escenario de su propia vida mientras, simultáneamente, le dará forma a un crisol de claroscuros donde la luz no podrá definirse sin la oscuridad, ni ésta sin la intervención de la primera para diferenciarse con el contraste. El cuadro que pintará AVRIL, en consecuencia, se inclinará por el andamiaje impresionista, pues cuando lo contemplemos de lejos (desde la superficie) se apreciará toda la perfección del artificio, pero, cuando nos acerquemos (o reparemos en la profundidad) nos toparemos con la imperfección (o el dolor que no se confesó).
    Este es el motivo por el cual, UNDER MY SKIN conculca con el desencanto, pero lo hace tras haber explorado primero la contracara del CUENTO DE HADAS [2], que es la modalidad de enunciación o referencia literaria que le permite a AVRIL dosificar su conflicto con las licencias artísticas, mientras enfrenta un mundo donde tal vez hay PRINCESAS, pero no hay PRÍNCIPES, o donde aún quedan algunas HADAS cuando se ha perdido la magia original que las animara.
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[1] Los VIDEOCLIPS, en la propuesta de AVRIL LAVIGNE, terminarán completando el juego que inaugura su composición. En el mejor de los casos, sofisticarán los embelesos del estilo de AVRIL, otorgándole una tesitura visual a un juego de palabras que originalmente se inclinaba por el regusto melancólico.
[2] Si bien las referencias al mismo se trabajan desde el clisé, esto es, desde el lugar común o, incluso, desde lo consabido, no puede negarse que se incorporación recrea esquemas o temáticas donde aparece la exploración biográfica.

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