jueves, 11 de diciembre de 2014

El lenguaje de la historieta



En la historieta se combinan dos lenguajes: un lenguaje verbal donde la narración cobra vida y, un lenguaje visual, donde los personajes adquieren una dimensión palpable, es decir, donde los personajes son dotados de una imagen que los identifica.
    El lenguaje verbal comprende la narración a secas y descansa en el guion que elabora el guionista. Este lenguaje anticipa el despliegue del lenguaje visual o, lo que es lo mismo, prevé cada uno de sus movimientos.
    El lenguaje visual, por lo tanto, depende en mayor o en menor medida del guion, que es donde el guionista asienta no solo los diálogos de los personajes, sino también las descripciones de sus acciones, así como los escenearios en los que estos se mueven.
    Sin embargo, el guion que refleja la historieta no refleja esos detalles, debido a que esos detalles han sido incorporados dentro de la viñeta, esto es, en el espacio donde el lenguaje visual se despliega.

    ¿Qué es la viñeta?

    Es el recuadro que marca el ritmo de la narración, pues la narración dentro de la historieta se concibe como una secuencia de imágenes encadenadas. A su vez, esta narración se encuentra gobernada por un principio, el principio de la elipsis.

    ¿En qué consiste este principio?

    La elipsis significa, literalmente, suprimir algo: una palabra, una oración, un detalle, un acontecimiento, etc. En otras palabras, en una historieta siempre hay algo que no se nos va a contar, ya que la propia narración que pauta la viñeta no puede contarlo todo.
    En el salto de una viñeta a otra el lector repone lo que lo que no se dice o lo que no se muestra. Por lo tanto, podemos afirmar que es en ese hiato, en ese vacío que hay entre una viñeta y otra, donde la elipsis opera.
    La elipsis, en este sentido, es funcional a la narración de la historieta, ya que la narración de la historieta es, por definición, económica, esto es, breve y concisa.

    Las historietas mudas

    Son aquellas que prescinden del lenguaje verbal para contar una historia, debido a que condensan a través de una o más imágenes una o más de las ideas que se desenvolverían dentro de los recuadros narrativos o los bocadillos, esto es, en el espacio que se consigna para asentar el lenguaje verbal.
No obstante, en estas historietas también hay un guion que sostiene la narración. La diferencia con las historietas más convencionales, por llamarlas de algún modo, reside en que no necesitan incorporar nada del guion propiamente dicho al cuerpo de la historieta, esto es, dentro de las viñetas.

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