Hacia mediados de la década del 80’, Stephen King publica una compilación de trabajos cortos intitulada como Skeleton Crew, un nombre que se perderá en la traducción castellana para ser reemplazado por otro presumiblemente más comercial: Historias fantásticas. Junto con el nombre también se perderá la agrupación original de la compilación de King, debido a que el sello editorial que por aquél entonces tenía sus derechos, me refiero a la editorial de Plaza & Janés, decidió dividir la compilación en cuatro libros. Este hecho, de carácter anecdótico e intrascendental, deja de serlo cuando se repara en la omisión, cuando luego de transitar la lectura de la compilación incompleta se arriba a una idea general sobre la misma y se descubre que la adscripción al género que se promueve desde el título relativiza el sentido profundo que se le intentó dar con el título original.
La mutilación, tal vez involuntaria, por este motivo, potencia la tergiversación que se realiza desde el nombre para crear una confusión, pues no todos los relatos que integran la compilación pueden englobarse con la misma etiqueta. La propuesta de Skeleton Crew fue realizar una radiografía sobre la experiencia mundana y ordinaria, una radiografía que poco a poco iría revelando realidades complejas y polémicas sobre las que los personajes mantenían silencio, o bien preferían ignorar. El título que reescribe la voluntad de King, en cambio, homogeniza la pluralidad de la compilación, así como las divergencias genéricas que marcan las primeras apariciones de sus trabajos: tanto antologías como revistas especializadas, o bien, populares.
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