Entre el heredero del hotel, Edward De Lapoer, y su antepasado, Jethro De Lapoer, existe un vínculo que trasciende la muerte: la pérdida irreparable de un ser amado. Edward pierde a su novia, Clara, del mismo modo en que su tío, muchos años antes, despide con congoja los restos de su esposa, Emma De Lapoer.
El accidente que, en ambos casos, entromete a las cenagosas aguas del mar apergaminado como protagonistas, de este modo, se convierte en el escenario trágico que conecta el pasado con el presente, como si un mismo signo fatal se volviera a repetir para privar al apellido De Lapoer de su único atisbo de felicidad: el amor de una mujer.
Sin embargo, ante la pérdida Jethro pedirá una restitución a través del influjo de las artes arcanas de la magia: los ritos misteriosos del Necronomicon [1]. La visita inesperada de un visitante se convertirá así, en la necesaria excusa de Jethro para dar forma a un oscuro deseo de su corazón: volver a insuflar vida sobre el cuerpo de Clara y el cuerpo maltrecho del pequeño Yon.
El visitante extraño así como el iniciado son temas que desarrolla Howard Phillips Lovecraft alrededor de muchos de sus relatos sobre los horrores ominosos que nos rodean, pero también lo son los que involucran a los sueños como portales a otras realidades.
En The Drowned (‘El Ahogado’), Edward se comunica con su tío a través del sueño. La revelación del escondite del libro maldito para invocar a los muertos, el Necronomicon, le llega como un susurro mientras las oscuras fuerzas que aún moran en el hotel comienzan a agitase.
Para profundizar sobre esta lectura los alumnos de 5º A de Ciencias Sociales del Instituto Domingo Faustino Sarmiento pueden remitirse al siguiente enlace de descarga.
[1] Es un libro que Lovecraft se empeña en citar en más de uno de sus relatos, dando incluso las coordenadas de su paradero y las referencias que nos remiten a un autor apócrifo: Abdul Alhazred, un poeta árabe que supuestamente se entrometió entre los visillos del otro mundo en sus investigaciones como demonólogo. Sin embargo, no se trata más que de una elaboración ficticia para otorgarles verosimilitud (credibilidad) a sus relatos y, de esta manera, sembrar en sus lectores una sensación de inquietud y desasociego.
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