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El monstruo que yace cerca de las escalinatas de la Mansión Baldwin sugiere que tal vez no haya ningún monstruo. Pero, ¿por qué no lo vemos como tal a pesar de estar vestido como un humano común y corriente?
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La sala principal nos ofrece una visión apocopada del esplendor del que antaño gozó la mansión.
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El living nos enfrenta al primero de los elementos inquietantes. En la puerta del hogar podemos leer: Do not use.
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Tras subir por la escalera de la chimenea descubriremos un desconcertante jardín donde se atesora una lápida con su enigmático epitafio.
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En el cuarto de Amy Baldwin, María se topará con un almanaque de hace 10 años: ¿a nadie se le ocurrió cambiarlo?
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Existe un enorme contraste entre varios de los pasillos de la mansión, pero todos nos devuelven una experiencia claustrofóbica.
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El ático es oscuro y rememora los recuerdos de la niñez de Amy, incluso podemos oír sus pasos, aunque no la veamos.
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A través de las ventanas podemos apreciar como la niebla que envuelve el pueblo se pliega como un manto funeralicio.
Antes de llegar a la Mansión Baldwin, María deberá recorrer las calles del misterioso pueblo de Silent Hill en tanto los monstruos que, antes veía a través de los visillos de las cortinas de su cuarto, la rodean para cerrarle el paso.
Durante su recorrido, María lograra formarse una idea bastante clara de lo compleja que es la pesadilla en la que se encuentra envuelta, tomando relevo de: las ventanas y puertas tapiadas, los caminos clausurados, los senderos interrumpidos, los vehículos abandonados, etc.
Pero, la llegada a la Mansión Baldwin no le permitirá encontrar a María el confort ni la mansedumbre de un rostro amigable, solo hallará el mezquino consuelo de la voz hostil de su propietario que le sugerirá, entre otras cosas, que tal no existe ningún monstruo:
¿Cómo puedes decir que es esta ciudad la que está loca? Tal vez somos nosotros los locos. Tú y yo… locos de remate.
[1] Que, sin embargo, se amalgamaran con los de Mary, la esposa muerta de James Sunderland, el protagonista del escenario principal del juego.
En el enfoque que hay aquí sobre el capítulo no es el adecuado. Así que voy a poner unos cuantos destripes a continuación sobre la trama, suponiendo que se ha jugado previamente a SH 2.
ResponderEliminarMaría no es nada más que una ensoñación de James adaptada a los designios de su mente. Ni bailarina, ni pasado, María "no existe" como tal, no existe como entidad corpórea completa. No es un ser humano. Es una fantasía húmeda, un retrato hecho a la medida de una mente depresiva y profundamente reprimida sexualmente por la enfermedad y fallecimiento de su esposa. María, al igual que Cabeza Piramidal, es la parte más salvaje, más fogosa y depredadora de los instintos retenidos de James; que en las nieblas del pueblo toma forma y se transmuta en dos seres opuestos pero que en esencia son exactamente lo mismo: redención, aceptación, búsqueda de la verdad, expiación, como se le quiera denominar.
Y Born from a wish retrata exactamente eso. El nacimiento de un ser invisible que sólo se proyecta a través de la mente de James, y la definitiva aceptación de su condición al final, recordando "por qué" existe. Nada más. María no es un personaje ni un protagonista, ni siquiera está presente como tal. Sólo es una imaginación, la ensoñación de un hombre que lo perdió todo y que busca alcanzar la paz con su alma a través de la aceptación de uno mismo.
Ernest quizás represente algo parecido, pero desde el prisma de un alma atormentada que cometió pecados en su pasado y que vive atada permanentemente en Limbo a la casa donde cometió su asesinato. Al igual que James, es un alma que necesita de expiación y de liberación, y el trabajo desempeñado por María en busca de esos objetos representa justamente el camino hacia su salvación y tránsito al más allá. Por eso, la habitación está siempre vacía. Por eso, el fantasma dice "¿Cómo puedes decir que es esta ciudad la que está loca? Tal vez somos nosotros los locos. Tú y yo… locos de remate."
Silent Hill proyecta y da forma a la pesadilla, pero son las personas las únicas capaces de concebirlas.
Saludos.