sábado, 16 de mayo de 2015

La presencia del Diablo en la música


Las artes siempre han sido codiciadas entre los seres humanos, acaso porque a través de ellas se logra insuflar el espíritu y devolverle algo de la vida que el mundo merma con sus problemas, acaso porque el embeleso que provocan convoca el recuerdo del paraíso original del cual gozamos antes de perder nuestra gracia, antes de haber sido apartados del estado de inocencia que nos mantenía al margen de la disputa entre el bien y el mal.
    Sin embargo, conseguir dominar una de ellas requiere dedicación y sacrificios, así como labrar en cada paso del camino que nos conduce a un mismo destino, la huella ineludible del dolor; pues arrancar una nota que conmueva o conseguir en el retazo de un poema la aprobación de otro corazón, requiere recorrer primero un pedregoso sendero de desaprobación.

SE TERMINARÁ PRONTO...

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