La tradición de los listones azules es indudablemente anacrónica. Sin embargo, este detalle no logra transparentarse hasta la visita de Steve a la Boutique de Yogurt Helado de Roscoe. Ni bien Steve entra a este lugar nos percatamos que el mobiliario, la decoración e incluso las personas que forman parte de la clientela se encuentran ancladas en un tiempo pretérito, remedando un momento histórico superado.
Los modismos, así como las formas afables y decorosas que se utilizan dentro, también forman parte de otro tiempo, y se asoman como una suerte de reminiscencias, una suerte de ensoñaciones melancólicas de otra época. Sin embargo, lejos de albergar un profundo sentimiento de nostalgia, la Boutique de Yogurt Helado de Roscoe se instalará como un punto estratégico para el discurso disuasivo de los listones azules, a saber, de que forman parte del orden y, por lo tanto, de un digno ejemplo a imitarse.
Los cortes de pelo, prolijos, desactualizados, así como el vestuario pulcro, sobrio, forman parte de la consagración de un ritual iniciático que zanja claras diferencias, algo así como: nosotros estamos de un lado y ustedes están del otro lado; acaso, ¿en la oscuridad, el olvido o la ignorancia? Al respecto, tal vez no resulte fútil recordar que la conversión inesperada de Gavin se celebre en esta boutique, y que el nombre boutique denote exclusividad.
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